En el último festejo en la Santamaría de Bogotá con un encierro de AMBALO, de buena presentación pero rajado en su comportamiento y con plaza llena, actuaron JOSE ARCILA, quien confirmó alternativa, estuvo inferior a las condiciones demostradas en su doctorado en Manizales, en sus toros conectó con los tendidos a base de vistocidad, marginalidad y faenas poco ortodoxas que le valieron una oreja en el sexto y saludo en el tercio en su primero. MANUEL LIBARDO venía ganoso y voluntarioso, en el tercero de la corrida demostró que cuando se esta mentalizado se puede y en dos tandas con la mano baja, por la derecha ligó la exquisitez de lo más clásico, serio y exigencia taurina, ahogó un poco al burel al final y con estocada baja, cortó una oreja, en su segundo o quinto de la corrida no pudo instrumentar nada digno de comentar, solo que el toro era tan manso que en tablas se refugió, hasta el final. GUERRITA CHICO, no tuvo buena tarde, lo vimos distante y sin sitio, como sin toros y su labor fué silenciada. Hubo paseo de pancartas con acierto las de invitación a abonarse y la de agradecimiento a las empresas patrocinadoras del Festival y totalmente errónea y fuera de contexto la que reprochaba y exigía la salida de Don Bull, por organizar actividad taurina en las Vegas, quienes vemos la fiesta brava con una óptica abierta y sin dogmas absolutos no la entendimos, pues los enemigos de la tauromaquia no están por la organización de LAS VEGAS, sino que nosotros mismos con la mentalidad cerrada y mezquina, nos estamos autodestruyendo.
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